lunes, 15 de febrero de 2016

LA VIDA DE ANDRÉS HURTADO




 
Ya la ciencia para vosotros no es una institución con un fin humano, ya es algo más; la habéis convertido en ídolo. (…) Yo en el fondo estoy convencido de que la verdad en bloque es mala para la vida. Esa anomalía de la naturaleza que se llama la vida necesita estar basada en el capricho, quizá en la mentira. (…) La voluntad, el deseo de vivir, es tan fuerte en el animal como en el hombre. En el hombre es mayor la comprensión. A más comprender, corresponde menos desear. (…) El hombre, cuya necesidad es conocer, es como la mariposa que rompe la crisálida para morir. El individuo sano, vivo, fuerte, no ve las cosas como son, porque no le conviene. (…) El instinto vital necesita de la ficción para afirmarse. La ciencia entonces, el instinto de crítica, el instinto de averiguación, debe encontrar una verdad: la cantidad de mentira que es necesaria para la vida.

Con estas palabras, el profesor Iturrioz trata de convencer al joven Andrés Hurtado, de que es mejor vivir una vida plena y despreocupada,, sumidos en una ignorancia inocente, que vivir atormentandos por la búsqueda de una verdad que puede hacernos daño y cuyo descubrimiento no nos hará más felices. La parábola del árbol de la vida y el árbol de la ciencia, se presenta como ejemplo ilustrativo de esta teoría, de resonancias unamunescas y que, por otra parte no parece convencer al joven Andrés, un espíritu científico cuya meta debe ser siempre acabar con la ignorancia y la estulticia.

En el centro del paraíso había dos árboles, el árbol de la vida y el árbol de la ciencia del bien y del mal. El árbol de la vida era inmenso, frondoso, y, según algunos santos padres, daba la inmortalidad. El árbol de la ciencia no se dice cómo era; probablemente sería mezquino y triste. ¿Y tú sabes lo que le dijo Dios a Adán? (…): Puedes comer todos los frutos del jardín; pero cuidado con el fruto del árbol de la ciencia del bien y del mal, porque el día que tú comas su fruto morirás de muerte. Y Dios, seguramente, añadió: Comed del árbol de la vida, sed bestias, sed cerdos, sed egoístas, revolcaos por el suelo alegremente; pero no comáis del árbol de la ciencia, porque ese fruto agrio os dará una tendencia a mejorar que os destruirá. 

Fuente:  https://tertuliabms.wordpress.com