domingo, 13 de marzo de 2011

"UN VIEJO QUE LEÍA NOVELAS DE AMOR". Comentario crítico


De nuevo vuestra compañera Laura (a la que vamos que tener que hacer una sección fija en este blog) nos envía una excelente comentario crítico sobre un fragmento de la novela de Luis Sepúlveda.

TEXTO

Capítulo II

Portada de la novela de Luis Sepúlveda
El alcalde, único funcionario, máxima autoridad y representante de un poder demasiado lejano como para provocar temor, era un individuo obeso que sudaba sin descanso.

Decían los lugareños que la sudadera le empezó apenas pisó tierra luego de desembarcar del Sucre, y desde entonces no dejó de estrujar pañuelos, ganándose el apodo de la Babosa.

Murmuraban también que antes de llegar a El Idilio estuvo asignado en alguna ciudad grande de la sierra, y que a causa de un desfalco lo enviaron a ese rincón perdido del oriente como castigo. Sudaba, y su otra ocupación consistía en administrar la provisión de cerveza. Estiraba las botellas bebiendo sentado en su despacho, a tragos cortos, pues sabía que una vez terminada la provisión la realidad se tornaría más desesperante.

Cuando la suerte estaba de su parte, podía ocurrir que la sequía se viera recompensada con la visita de un gringo bien provisto de whisky. El alcalde no bebía aguardiente como los demás lugareños. Aseguraba que el Frontera le provocaba pesadillas y vivía acosado por el fantasma de la locura. Desde alguna fecha imprecisa vivía con una indígena a la que golpeaba salvajemente acusándola de haberle embrujado, y todos esperaban que la mujer lo asesinara. Se hacían incluso apuestas al respecto.

Desde el momento de su arribo, siete años atrás, se hizo odiar por todos. Llegó con la manía de cobrar impuestos por razones incomprensibles. Pretendió vender permisos de pesca y caza en un territorio ingobernable.

Quiso cobrar derecho de usufructo a los recolectores de leña que juntaban madera húmeda en una selva más antigua que todos los Estados, y en un arresto de celo cívico mandó construir una choza de cañas para encerrar a los borrachos que se negaban a pagar las multas por alteración del orden público.

Su paso provocaba miradas despectivas, y su sudor abonaba el odio de los lugareños. El anterior dignatario, en cambio, sí fue un hombre querido. Vivir y dejar vivir era su lema. A él le debían las llegadas del barco y las visitas del correo y del dentista, pero duró poco en el cargo.

Cierta tarde mantuvo un altercado con unos buscadores de oro, y a los dos días lo encontraron con la cabeza abierta a machetazos y medio devorado por las hormigas.

(Luis Sepúlveda. Un viejo que leía novelas de amor)


COMENTARIO CRÍTICO

El fragmento ante el que nos encontramos, perteneciente a la novela de Luis Sepúlveda Un viejo que leía novelas de amor, constituye un texto literario de género narrativo. Su autor, nacido en Chile en 1949, es un destacado novelista del post-boom de la literatura hispanoamericana, aunque también ha cultivado otros géneros como la poesía y el cuento.

En esta obra, galardonada con el premio Tigre Juan y traducida a catorce idiomas, nos presenta la historia de Antonio José Proaño, un anciano solitario que, después de haber pasado largos años conviviendo con los indígenas shuar, quienes llegaron a considerarlo uno de los suyos, conoce todos los secretos de la selva amazónica. Sin embargo, su territorio se encuentra ahora amenazado por la llegada del hombre blanco y por la destrucción cruel y ciega que este trae consigo.

Nuestro fragmento tiene precisamente como protagonista al personaje que simboliza, a lo largo de toda la novela, a la "civilización" blanca: se trata del alcalde de El Idilio, completo desconocedor de las costumbres y usos de la zona, y que pretende ejercer la autoridad en un “territorio ingobernable”.

La caracterización del personaje –obeso, sudoroso- ya nos da a entender el desprecio que provoca entre los lugareños; pero se trata de un desprecio recíproco, mayor si cabe por parte del alcalde, que se basa en la consideración de que los indios son seres incivilizados.

Esta idea, que podríamos afirmar se encuentra establecida en la cultura occidental desde la llegada de Colón a América, es precisamente la que se plantea invertir Luis Sepúlveda con este relato. El conflicto entre civilización y barbarie, la progresiva desvinculación del desarrollo de la razón con la naturaleza, los sentidos y el instinto aparecen representados en la novela por unos colonizadores que se entremeten en un mundo del que nada conocen y al que nada deben, alterando a su paso el equilibrio antes tan bien atesorado. Los habitantes de la selva, por su parte, aparecen pasivos ante un poder invencible que, de hecho, terminará acabando con ellos.

No se trata de un tema imaginario: la novela indigenista americana, vertiente dentro de la que podemos encuadrar esta obra, constituye un extraordinario medio de denuncia a ese “progreso” que ya ha acabado con más de un sesenta por ciento de la selva amazónica, y ante todo, un canto al amor por la naturaleza.

Laura Cabeza Vega, 2º Bachillerato A

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Me resultó un absurdo

Anónimo dijo...

A MI NO, ESO ES PORQUE NO APRECIAS LA DIFICULTAD DEL TEXTO PERO, AÚN PARECIENDOME UN BUEN COMENTARIO CAMBIARIA CIERTAS COSAS, COMO EL HECHO DE CONTAR LA HISTORIA DE NUEVO, REPITES PRACTICAMENTE LO QUE EL TEXTO DICE, ESO SE HACE EN EL RESUMEN, NO EN U COMENTARIO CRÍTICO O UNA VALORACION PERSONAL, PERO TE DOY MI ENHORABUENA

Eufrasio dijo...

Me pregunto que texto has leído anónimo , para decir que repite las mismas palabras. Es un comentario de mucha calidad, profundo y expresado de manera brillante. Que ganas de criticar, habría que verte a ti si lo haces mejor, anónimo.

Mar dijo...

Sinceramente no realizas un buen comentario crítico, te falta expresar tu opinión de una manera más profunda y concisa. Cuando he leído el comentario de arriba, pensé que leería un gran comentario. Me he decepcionado, de corazón.
Ánimo, siempre se puede mejorar :)

Anónimo dijo...

Deberías de hacer frases mas cortitas para que así la comprensión sea más facil. También debes introducir mas opinión personal en el comentario.
Mucho ánimo, ya verás que con el timepo lo consigues :)

Anónimo dijo...

Más vale que se lea el libro y lo critique por sabiduría propia, porque ha copiado de otras webs todo lo que ha escrito basta con entrar en alguna. Las cosas hay que currárselas por uno mismo. Soy estudiante de 2º de bachillerato y me parece absurdo lo que ha hecho.
Saludos y más trabajar y menos plagiar....

Anónimo dijo...

mira lo que estais es celos , laura a hecho un comentario de 9 , creeme e copiado literalmente su comentario , enseñado a un profesor u cuando vi la nota que sepa que un 8 era para laura y ese punto restante para mi por las molestias de copiarlo asi que muchas gracias y a seguir haciendo fabulosos comentario.